domingo, 2 de noviembre de 2014

El Evangelio del Día

lunes 03 Noviembre 2014 Lunes de la trigésima primera semana del tiempo ordinarioSan Martín de Porres, San Ermengol de Urgel , San Carlos Borromeo Leer el comentario del Evangelio por San Gregorio Nacianceno : “Al actuar así enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser compasivo.” (Sab 12,19) Pablo a los Filipenses 2,1-4. Hermanos: Si la exhortación en nombre de Cristo tiene algún valor, si algo vale el consuelo que brota del amor o la comunión en el Espíritu, o la ternura y la compasión, les ruego que hagan perfecta mi alegría, permaneciendo bien unidos. Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento. No hagan nada por espíritu de discordia o de vanidad, y que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos. Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás. Salmo 131(130),1.2.3. Mi corazón no se ha ensoberbecido, Señor, ni mis ojos se han vuelto altaneros. No he pretendido grandes cosas ni he tenido aspiraciones desmedidas.No, yo aplaco y modero mis deseos: como un niño tranquilo en brazos de su madre, así está mi alma dentro de mí.Espere Israel en el Señor, desde ahora y para siempre. Lucas 14,12-14. Jesús dijo al que lo había invitado: "Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!". Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : San Gregorio Nacianceno (c.330-390), obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia, Padre de la Iglesia Oriental Del amor a los pobres, 4-6; PG 35, 863 “Al actuar así enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser compasivo.” (Sab 12,19) El primer mandamiento y el mayor, el fundamento de la Ley y de los profetas (Mt 22,40) es el amor que, según mi parecer, da la mayor prueba de sí mismo en el amor a los pobres, en la ternura y la compasión por el prójimo. Nada honra tanto a Dios como la misericordia porque nade se le asemeja tanto. “La justicia y el derecho sostienen su trono...” (Sal 88,15) Prefiere la misericordia al juicio (Os 6,6). Nada como la benevolencia hacia los hombres atrae tanto la benevolencia de Dios, amigo de los hombres. (Sap 1,6) Su recompensa es justa, mide con la medida de la misericordia. Hay que abrir nuestro corazón a todos los pobres, a todos los desgraciados, sea cual fuera su sufrimiento. Este es el sentido del mandamiento que nos exhorta a “alegrarnos con los que están alegres y entristecernos con los que lloran.” (Rm 12,15) Siendo nosotros también humanos, ¿no nos conviene ser misericordiosos con nuestros semejantes?



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