jueves, 31 de diciembre de 2015

El Evangelio del Día

viernes 01 Enero 2016 Beatos Juan y Renato Lego Leer el comentario del Evangelio por San Juan XXIII : María, estrella de la mañana, puerta del cielo Números 6,22-27. El Señor dijo a Moisés: Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas. Ustedes les dirán: Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz. Que ellos invoquen mi Nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré. Salmo 67(66),2-3.5.6.8. El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros,para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria entre las naciones.Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de la tierra.¡Que los pueblos te den gracias, Señor, que todos los pueblos te den gracias!Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra. Pablo a los Gálatas 4,4-7. Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos. Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo" ¡Abba!, es decir, ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios. Lucas 2,16-21. Los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido. Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Angel antes de su concepción. Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : San Juan XXIII (1881-1963), papa Discursos II, pag. 53 María, estrella de la mañana, puerta del cielo La Virgen Inmaculada anuncia la aurora del día eterno y nos asiste como guía a lo largo del camino que todavía nos separa de él. Por esta razón, el himno litúrgico “Estrella de la mañana” es una preciosa invocación: “Concédenos, por la fe en Jesús, llegar a gozar de su presencia contigo.” Los anhelos de nuestro corazón y todos nuestros esfuerzos como cristianos tienden a este fin, como coronamiento de una vida de fe y de gracia. Ánimo, pues, hijos, no siempre andaremos en tribulación y trabajos. María “tú eres nuestra fortaleza.” O María, espejo radiante de gracia y de pureza que has disipado las tinieblas de la noche y nos has elevado a los esplendores del cielo, sé propicia a tus hijos. Dispón nuestros pensamientos para la venida del sol de justicia nacido de tus entrañas. Puerta del cielo, haz que nuestros corazones anhelen el paraíso. Espejo de justicia, conserva en nosotros el amor de la gracia divina, para que en la humildad y la alegría realicemos nuestra vocación de cristianos; que podamos gozar de la amistad del Señor en todo momento y recibir tus maternales consuelos.

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“La luz para comprender mejor lo vivido es la misericordia”, el Papa en el Te Deum

Comentario al Evangelio del domingo, 3 de enero de 2016

Cuando vamos a un país extranjero, aunque no comprendamos la lengua, tenemos muchas cosas que nos dicen quién es ese pueblo: el arte, la música, los campos, los museos, las costumbres… a todo ello lo podríamos considerar palabras salidas de sus hombres.



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El Evangelio del Día

jueves 31 Diciembre 2015 7o día de la Octava de Navidad Te Deum Laudamus - Accion de GraciasSanta Catalina Labouré, Leer el comentario del Evangelio por Santo Tomás de Aquino : «La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre viniendo al mundo» Epístola I de San Juan 2,18-21. Hijos míos, ha llegado la última hora. Ustedes oyeron decir que vendría el Anticristo; en realidad, ya han aparecido muchos anticristos, y por eso sabemos que ha llegado la última hora. Ellos salieron de entre nosotros, sin embargo, no eran de los nuestros. Si lo hubieran sido, habrían permanecido con nosotros. Pero debía ponerse de manifiesto que no todos son de los nuestros. Ustedes recibieron la unción del que es Santo, y todos tienen el verdadero conocimiento. Les he escrito, no porque ustedes ignoren la verdad, sino porque la conocen, y porque ninguna mentira procede de la verdad. Salmo 96(95),1-2.11-12.13. Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra;canten al Señor, bendigan su Nombre, día tras día, proclamen su victoria.Alégrese el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él;regocíjese el campo con todos sus frutos, griten de gozo los árboles del bosque.Griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra: Él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad. Juan 1,1-18. Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo". De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre. Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : Santo Tomás de Aquino (1225-1274), dominico, teólogo, doctor de la Iglesia Comentario sobre san  Juan, I, 178s «La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre viniendo al mundo»    «Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la Vida, os lo anunciamos» (1Jn 1,1-3)... El Verbo encarnado se dio a conocer a los apóstoles de dos maneras: en primer lugar lo reconocieron a través de la vista, como recibiendo del mismo Verbo el conocimiento del Verbo, y en segundo lugar a través del oído, recibiendo esta vez el conocimiento del Verbo por el testimonio de Juan el Bautista. Refiriéndose al Verbo, Juan evangelista afirma primero: «Hemos visto su gloria»... Para san Juan Crisóstomo estas palabras van unidas a lo que precede en el evangelio de Juan: «El Verbo se hizo carne». El evangelista quiere decir: la encarnación nos ha conferido no tan sólo el beneficio de poder ser hijos de Dios, sino también el poder ver su gloria. En efecto, unos ojos débiles y enfermos no pueden por ellos mismos mirar la luz del sol; pero cuando brilla dentro de una nube o en un cuerpo opaco, entonces sí pueden contemplarlo. Antes de la encarnación del Verbo, los espíritus humanos eran incapaces de mirar la luz misma «que ilumina a todo hombre». Así que, a fin de que no se vieran privados del gozo de verla, la misma luz, el Verbo de Dios, se quiso revestir de nuestra carne para que pudiéramos contemplarla. Entonces, los hombres «se volvieron hacia el desierto y vieron la gloria del Señor que aparecía en una nube» (Ex 16,10), es decir, al Verbo de Dios hecho carne... Y san Agustín señala que para que nosotros pudiéramos ver a Dios, el Verbo curó los ojos de los hombres haciendo de su carne un colirio salutífero... Por eso inmediatamente de haber dicho: «El Verbo se hizo carne» el evangelista añade: «Y hemos visto su gloria» como para decirnos que después de haber aplicado el colirio, sanaron nuestros ojos... Es esta la gloria que Moisés deseaba ver y de la cual no vio más que la sombra y el símbolo. Los apóstoles, por el contrario, vieron su mismo esplendor.

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martes, 29 de diciembre de 2015

El Evangelio del Día

miércoles 30 Diciembre 2015 6o día de la Octava de NavidadBeato Juan María Boccardo, San Felix I Leer el comentario del Evangelio por San Cipriano : «Sirviendo a Dios día y noche» Epístola I de San Juan 2,12-17. Hijos, les escribo porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Jesús. Padres, les escribo porque ustedes conocen al que existe desde el principio. Jóvenes, les escribo porque ustedes han vencido al Maligno. Hijos, les he escrito porque ustedes conocen al Padre. Padres, les he escrito porque ustedes conocen al que existe desde el principio. Jóvenes, les he escrito porque son fuertes, y la Palabra de Dios permanece en ustedes, y ustedes han vencido al Maligno. No amen al mundo ni las cosas mundanas. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo -los deseos de la carne, la codicia de los ojos y la ostentación de la riqueza.- Todo esto no viene del Padre, sino del mundo. Pero el mundo pasa, y con él, sus deseos. En cambio, el que cumple la voluntad de Dios permanece eternamente. Salmo 96(95),7-8a.8b-9.10. Aclamen al Señor, familias de los pueblos, aclamen la gloria y el poder del Señor;aclamen la gloria del nombre del Señor.Entren en sus atrios trayendo una ofrenda,adoren al Señor al manifestarse su santidad: ¡que toda la tierra tiemble ante él!Digan entre las naciones: “¡El Señor reina! el mundo está firme y no vacilará. El Señor juzgará a los pueblos con rectitud”. Lucas 2,36-40. Estaba también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él. Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : San Cipriano (c. 200-258), obispo de Cartago y mártir Sobre el Padrenuestro; PL 4, 544 «Sirviendo a Dios día y noche»     En las Escrituras, el verdadero sol y el verdadero día, es Cristo; por eso los cristianos no excluyen ninguna hora, y hay que adorar a Dios sin cesar y siempre. Puesto que estamos en Cristo, es decir, en la luz verdadera, estemos en oración y no dejemos de suplicar a lo largo de todo el día. Y cuando, siguiendo el curso el tiempo, la noche llega después del día, no hay nada, ni las  mismas tinieblas nocturnas, que nos puede impedir de orar: para los hijos de la luz (1Ts 5,5), incluso durante la noche es de día. ¿Cuándo, pues, está sin luz aquel que tiene la luz en su corazón? ¡Cuándo falta el sol, cuándo, pues, no es día para aquel que Cristo es Sol y Día? Durante la noche, pues, no dejemos de orar. Es así como Ana, la viuda, obtuvo el favor de Dios perseverando en la oración y en las vigilias, tal como está escrito en el Evangelio: «No se alejaba nunca del Templo, sirviendo día y noche con ayunos y la oración»... Que la pereza y la desidia no nos priven de orar. Por la misericordia de Dios, hemos sido recreados en el Espíritu y hemos renacido. Imitemos pues, eso que seremos. Debemos ser habitantes de un reino donde no habrá más noche, donde brillará el día sin ocaso, velemos ahora, durante la noche como si fuera pleno día. Llamados a orar y a dar gracias sin fin al Dios del cielo, comencemos ya aquí a orar sin cesar y a darle gracias.

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Resuenan las palabras del Papa en la fiesta de la Sagrada Familia

73. Exagerados en el amor

Me asomo al brocal del pozo de Jacob por si queda aún algún requisito necesario para apuntarse a la empresa Constructora del Reino de Dios.
Y emerge un fuerte borbollar. ¡Claro que quedan! Y aquí estamos para llenar un nuevo cantarillo.



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lunes, 28 de diciembre de 2015

El Evangelio del Día

martes 29 Diciembre 2015 5o día de la Octava de NavidadSan Tomás Becket,, San David A.T. Leer el comentario del Evangelio por San Gregorio de Nisa : En el ocaso de la vida, entrar en la luz Epístola I de San Juan 2,3-11. Queridos hermanos: La señal de que lo conocemos, es que cumplimos sus mandamientos. El que dice: "Yo lo conozco", y no cumple sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su plenitud. Esta es la señal de que vivimos en él. El que dice que permanece en él, debe proceder como él. Queridos míos, no les doy un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, el que aprendieron desde el principio: este mandamiento antiguo es la palabra que ustedes oyeron. sin embargo, el mandamiento que les doy es nuevo. Y esto es verdad tanto en él como en ustedes, porque se disipan las tinieblas y ya brilla la verdadera luz. El que dice que está en la luz y no ama a su hermano, está todavía en las tinieblas. El que ama a su hermano permanece en la luz y nada lo hace tropezar. Pero el que no ama a su hermano, está en las tinieblas y camina en ellas, sin saber a dónde va, porque las tinieblas lo han enceguecido. Salmo 96(95),1-2a.2b-3.5b-6. Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra;canten al Señor, bendigan su Nombre. Día tras día, proclamen su victoria.Anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos.No son más que apariencia,en su presencia hay esplendor y majestad, en su Santuario, poder y hermosura. Lucas 2,22-35. Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: "Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel". Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: "Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos". Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : San Gregorio de Nisa (c. 335-395), monje, obispo Vida de Santa Macrina, 23-25; SC 178, pag. 217ss En el ocaso de la vida, entrar en la luz El sol se iba hacia el ocaso. Pero el fervor de mi hermana Macrina no vacilaba. Cuanto más cercana estaba de su partida, más diligente se dirigía hacia su Amado...Ya no se dirigía a nosotros que estábamos presentes, sino a Aquel hacia quien dirigía incesantemente su mirada... Decía: “Eres tú, Señor, que has abolido para nosotros el temor a la muerte. Eres tú quien, por nosotros, has hecho del fin de la vida terrena el comienzo de la vida verdadera. Eres tú que, por un tiempo, dejas que nuestros cuerpos descansen en un sueño pasajero y eres tú quien los despiertas de nuevo “al son de la trompeta” (1Cor 15,53) Tú entregas en depósito nuestros despojos a la tierra, para que revivan de nuevo, transformando por la inmortalidad todo lo que hay en el cuerpo de caduco y deforme... “Dios eterno, a ti fui confiado desde el seno, desde el vientre de mi madre eres mi Dios” (Sal 21,11), te amo con todas mis fuerzas, a ti me consagro en cuerpo y alma desde mi juventud, envíame un ángel luminoso que me conduzca de la mano al lugar del descanso y de refrigerio donde se encuentra “el agua que sacia” (Sal 22,2) al seno de los patriarcas (Lc 16,22). Tú que has retornado al paraíso al hombre crucificado contigo y que se encomendó a tu misericordia, “acuérdate también de mí cuando llegues a tu reino” (Lc 23,42) porque yo también estoy crucificada contigo...Que me encuentre ante tu presencia “sin mancha ni arruga” (Ef 5.27); que mi alma sea acogida en tus manos...”como incienso en tu presencia” (Sal 140,2)... Luego, cuando ya caía la noche, alguien trajo una lámpara. Macrina abría los ojos y dirigía su mirada hacia la luz, manifestando su deseo de pronunciar la oración de acción de gracias, a la luz de la lámpara. Pero no tenía fuerza su voz...respiró hondo y dejó a la vez la oración y la vida. “Luz amable de la santa gloria del Padre celestial, inmortal, santo y bienaventurado Jesucristo. Llegados al crepúsculo de este día, contemplando la claridad del atardecer, cantamos al Padre, al Hijo, al Espíritu de Dios. Eres digno de toda alabanza y que nuestras voces te canten, Hijo de Dios que das la vida. Todo el universo se aclama!” (Himno de acción de gracias por la luz en las vísperas ortodoxas)

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domingo, 27 de diciembre de 2015

El Evangelio del Día

lunes 28 Diciembre 2015 Santos Niños Inocentes, San Francisco de Sales Leer el comentario del Evangelio por Beato John Henry Newman : “Mártires, incapaces de confesar el nombre de tu Hijo, son glorificados por el nacimiento de Cristo.” (Postcommunio del día) Epístola I de San Juan 1,5-10.2,1-2. La noticia que hemos oído de él y que nosotros les anunciamos, es esta: Dios es luz, y en él no hay tinieblas. Si decimos que estamos en comunión con él y caminamos en las tinieblas, mentimos y no procedemos conforme a la verdad. Pero si caminamos en la luz, como el mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y purificarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso, y su palabra no está en nosotros. Hijos míos, les he escrito estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el Justo. El es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. Salmo 124(123),2-3.4-5.7b-8. Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando los hombres se alzaron contra nosotros,nos habrían devorado vivos. Cuando ardió su furor contra nosotros,las aguas nos habrían inundado, un torrente nos habría sumergido,nos habrían sumergido las aguas turbulentas.de la trampa del cazadorNuestra ayuda está en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Mateo 2,13-18. Después de la partida de los magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo". José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo. Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías: En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen. Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : Beato John Henry Newman (1801-1890), teólogo, fundador del Oratorio en Inglaterra Sermón “The Mind of Little Children” PPS 2,6 “Mártires, incapaces de confesar el nombre de tu Hijo, son glorificados por el nacimiento de Cristo.” (Postcommunio del día) Es justo que celebremos la muerte de estos inocentes pues es una muerte santa. Cuando los acontecimientos nos acercan a Cristo, cuando sufrimos por Cristo, lo hemos que considerar como un inmerecido privilegi

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El significado de la Navidad. Conectando los puntos entre el pesebre y la cruz

 Las historias que nos ofrece el Evangelio sobre el nacimiento de Jesús no son una simple repetición de los hechos que tuvieron lugar entonces en el establo de Belén. En sus comentarios sobre el nacimiento de Jesús, el renombrado erudito escriturista Raymond Brown destaca que estas narraciones fueron escritas mucho después de que Jesús ya había sido crucificado y había resucitado de entre los muertos, y que están influidas por lo que significan su muerte y resurrección.



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ESTAMOS ACASO A LAS PUERTAS DEL CUMPLIMENTO DE LOS DIEZ (10) SECRETOS DADOS POR LA VIRGEN EN MEDJUGORJE ? La Virgen dijo a la vidente Mirjana "...Antes del signo visible que será dado a la humanidad, habrá tres advertencias para todo el mundo. Las advertencias serán ciertos acontecimientos sobre la tierra..." Por otro lado, los videntes ha dicho que los secretos noveno y décimo son graves, estos representan un castigo por los pecados del mundo. Por lo que la punición es inevitable, ya que no se puede esperar la conversión del mundo entero. Sin embargo el castigo puede ser reducido por las plegarias y la penitencia; pero no puede ser suprimido. Así que, este es un tiempo o periodo de gracia y de conversión. Ya que, tras la señal visible, los que aún sigan vivos tendrán poco tiempo para la conversión. Por eso invita la Virgen a la conversión y reconciliación URGENTE. Siendo que la invitación a la plegaria y a la penitencia está destinada a alejar los males y la guerra, y sobre todo a salvar las almas. Según Mirjana nos hallamos cerca de los acontecimientos vaticinados por la Virgen: En nombre de esa experiencia, Mirjana dice a la humanidad: “Conviértanse con toda RAPIDEZ, abrid vuestros corazones a Dios“


Desde 1981, la Virgen María ha revelado a los 6 jóvenes unos secretos. Sólo Mirjana ha revelado que conoce en este momento los diez secretos (al parecer, también Ivanka y Jakov conocen los diez secretos) – el décimo le fué revelado durante la Navidad de 1982- y la fecha en que se cumplirán. Los demás, parece ser que  no los conocen todos, sino que van accediendo a los mismos progresivamente. No se sabe si los 10 secretos son los mismos para  los 6 jovenes. Ni ellos mismos lo saben. Estos secretos están destinados a hacerse públicos, pero de momento no los pueden manifestar hasta que la Virgen María se lo indique.


Mirjana confía a unos peregrinos italianos cómo se hará la revelación de los secretos: “La Virgen María me ha dado una simple hoja especial sobre la cual hay escritos los diez secretos. Es de un material que no se puede describir: no es papel ni tela. No se ve en ella la escritura. A su debido tiempo daré la hoja al sacerdote elegido, el cual tendrá la gracia de poder leer solamente el primer secreto; más tarde, los otros. Siete días después, él los podrá revelar, tres días antes de su realización“.

Mirjana revela al Padre Tomislav Vlasic en un coloquio posterior, lo siguiente: Antes del signo visible que será dado a la humanidad, habrá tres advertencias para todo el mundo. Las advertencias serán ciertos acontecimientos sobre la tierra. Mirjana será testigo de los mismos. Tres días antes de las admoniciones, ella avisará a un sacerdote, libremente elegido. El testimonio de Mirjana será una confirmación de las apariciones y una incitación a la conversión del mundo. Tras las amonestaciones vendrá el signo visible sobre el lugar de las apariciones en Medjugorje, para toda la humanidad. El signo será dado como el testimonio de las apariciones y una llamada a la fe.


Los secretos noveno y décimo son graves. Representan un castigo por los pecados del mundo. La punición es inevitable, ya que no se puede esperar la conversión del mundo entero. El castigo puede ser reducido por las plegarias y la penitencia; pero no puede ser suprimido. Un mal que amenazaba al mundo, según el séptimo secreto, ha desaparecido gracias a la plegaria y el ayuno. Por eso la Virgen continúa invitando a la oración y el ayuno. Tras la primera admonición seguirán las otras en un tiempo bastante breve. Así los hombres tendrán tiempo para la conversión. Este tiempo es un periodo de gracia y de conversión. Tras la señal visible, los que aún sigan vivos tendrán poco tiempo para la conversión. Por eso invita la Virgen a la conversión y reconciliación urgente.


La invitación a la plegaria y a la penitencia está destinada a alejar los males y la guerra, y sobre todo a salvar las almas.  Según Mirjana nos hallamos cerca de los acontecimientos vaticinados por la Virgen. En nombre de esa experiencia, Mirjana dice a la humanidad:  “Conviértanse con toda rapidez, abrid vuestros corazones a Dios“. El 13 de Septiembre de 1984, se apareció nuevamente la Virgen a Mirjana y comunicó a la vidente el día en que debe confíar los primeros secretos al sacerdote. Y hablaron de los secretos. La vidente nada puede decir al respecto, pero de su actitud se pueden deducir muchas cosas. En primer lugar, la vidente ha tomado una actitud muy seria, respecto al futuro. Así, cuando el sacerdote le preguntó: “Tú, como has visto a Nuestra Señora, conoces el futuro; estarás muy contenta“. Respondí: “No es exactamente así; cuando me acuerdo, una palabra me basta para llorar todo el día“. En ese mismo día ha dicho: “Nuestra Señora está muy triste porque hay tantos infieles en el mundo“. El sacerdote preguntó: “¿Qué infieles: los que vienen a la Iglesia y no practican la Fe, o los que no conocen a Dios?” Contestó: “Ambos por igual” ¿Pero cómo van a ser iguales, si una persona no encontró la Fe? La vidente respondió: Nuestra Señora dijo: “Todas las personas adultas tienen capacidad para conocer que Dios existe. El pecado del mundo consiste en esto: no se interesan por Dios. Las ciudades, las regiones están llenas de iglesias, pero las personas no entran allí para preguntar: ¿cómo debo vivir? Aquí está, precisamente, el pecado del mundo: no se interesa por Dios“.


Después la vidente dijo a propósito del séptimo secreto: “El secreto no ha sido anulado, está disminuído“. Pero Nuestra Señora nos dijo: “No pidan que sean retirados todos los secretos. Dios tiene su programa. Deben convertirse y vivir su Fe“. De aquí se desprende una actitud seria acerca del futuro. Otra cosa que la vidente afirma: “Hay que anunciar al mundo la esperanza, pero al mismo tiempo, la realidad, esto es, la seriedad de los acontecimientos en estos últimos meses“.


Del Mensaje que hemos escuchado podemos concluir: “El pecado del mundo consiste en esto: no busca a Dios, no se interesa por Dios“. En una entrevista Mirjana manifestó que en 1987 habló con el Papa privadamente. El sabe que ella ha recibido diez secretos, aunque no se los reveló, como no los ha revelado a nadie, tal como la Virgen se lo ha pedido. El pasado mes de Febrero (1995) el Papa concedió una audiencia a algunos obispos croatas entre los cuales se hallaba Monseñor Zanic, obispo emérito de Mostar. El preguntó a Su Santidad cuándo visitaría Sarajevo. El Papa se lo quedó mirando y le respondió: “¡Ah! Yo pensaba que Ud. me preguntaría: Santo Padre, ¿Cuándo vendrá Ud. a Medjugorje?“. Ello nos permite pensar que Medjugorje estuvo, durante todo su pontificado,  constantemente en el corazón de Juan Pablo II.

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Mensajes de la Virgen de la Paz en Medjugorje "... Ahora la Iglesia está sufriendo y necesita apóstoles que, al amar la comunión, al testimoniar y dar, muestren los caminos de Dios. Necesita apóstoles que, viviendo la Eucaristía con el corazón, realicen grandes obras; necesita de vosotros, mis apóstoles del amor. Hijos míos, la Iglesia ha sido perseguida y traicionada desde sus inicios, pero ha crecido día a día. Es indestructible, porque mi Hijo le ha dado un corazón: la Eucaristía. La luz de Su Resurrección ha brillado y brillará sobre ella. ¡Por eso no temáis!..."

Calendario 2016 ESPANA IBEROAMERICA 300_01


Mensaje del 25 de diciembre de 2015

“Queridos hijos, también hoy os traigo en mis brazos a mi Hijo Jesús y desde este abrazo os doy Su paz y el anhelo por el Cielo. Oro con vosotros por la paz y os invito a ser paz. Os bendigo a todos con mi bendición maternal de paz. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

Mensaje del 2 de diciembre de 2015

“Queridos hijos, yo estoy siempre con vosotros, porque mi Hijo os ha confiado a mí. Y vosotros hijos míos, vosotros me necesitáis, me buscáis, venís a mí y alegráis mi Corazón materno. Yo tengo -y siempre tendré- amor para vosotros, para vosotros que sufrís y que ofrecéis vuestros dolores y sufrimientos a Mi Hijo y a mí. Mi amor busca el amor de todos mis hijos y mis hijos buscan mi amor. Por medio del amor, Jesús busca la comunión entre el Cielo y la Tierra, entre el Padre celestial y vosotros, mis hijos, su Iglesia. Por eso necesitamos orar mucho, orar y amar la Iglesia a la cual pertenecéis. Ahora la Iglesia está sufriendo y necesita apóstoles que, al amar la comunión, al testimoniar y dar, muestren los caminos de Dios. Necesita apóstoles que, viviendo la Eucaristía con el corazón, realicen grandes obras; necesita de vosotros, mis apóstoles del amor. Hijos míos, la Iglesia ha sido perseguida y traicionada desde sus inicios, pero ha crecido día a día. Es indestructible, porque mi Hijo le ha dado un corazón: la Eucaristía. La luz de Su Resurrección ha brillado y brillará sobre ella. ¡Por eso no temáis! Orad por vuestros pastores para que tengan la fuerza y el amor de ser puentes de salvación. ¡Os doy las gracias!”

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El don de la familia. Domingo de la Sagrada Familia

Todas las estadísticas coinciden en que la sociedad valora favorablemente a la familia como primera institución. Gracias a ella, muchos han podido superar la crisis económica, laboral o afectiva. La familia se convierte en el puerto franco donde los miembros acuden a desahogar el alma, sin miedo el juicio inmisericorde.



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No perdamos la confianza en la familia, exhortó el Papa en el Jubileo de las Familias

sábado, 26 de diciembre de 2015

El Evangelio del Día

domingo 27 Diciembre 2015 San Juan, apóstol y evangelista, Beato José María Corbín Ferrer Leer el comentario del Evangelio por San Juan Pablo II : La Sagrada Familia y nuestras familias Samuel 1 1,20-22.24-28. Ana concibió, y a su debido tiempo dio a luz un hijo, al que puso el nombre de Samuel, diciendo: "Se lo he pedido al Señor". El marido, Elcaná, subió con toda su familia para ofrecer al Señor el sacrificio anual y cumplir su voto. Pero Ana no subió, porque dijo a su marido: "No iré hasta que el niño deje de mamar. Entonces lo llevaré, y él se presentará delante del Señor y se quedará allí para siempre". Cuando el niño dejó de mamar, lo subió con ella, llevando además un novillo de tres años, una medida de harina y un odre de vino, y lo condujo a la Casa del Señor en Silo. El niño era aún muy pequeño. Y después de inmolar el novillo, se lo llevaron a Elí. Ella dijo: "Perdón, señor mío, ¡por tu vida, señor!, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti, para orar al Señor. Era este niño lo que yo suplicaba al Señor, y él me concedió lo que le pedía. Ahora yo, a mi vez, se lo cedo a él; para toda su vida queda cedido al Señor". Después se postraron delante del Señor. Salmo 84(83),2-3.5-6.9-10. ¡Qué amable es tu Morada, Señor del Universo!Mi alma se consume de deseos por los atrios del Señor; mi corazón y mi carne claman ansiosos por el Dios viviente.¡Felices los que habitan en tu Casa y te alaban sin cesar! ¡Felices los que encuentran su fuerza en ti, al emprender la peregrinación!Señor del universo, oye mi plegaria, escucha, Dios de Jacob;protege, Dios, a nuestro Escudo y mira el rostro de tu Ungido. Epístola I de San Juan 3,1-2.21-24. Queridos hermanos: ¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a Él. Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es. Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza, y él nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Su mandamiento es este: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como él nos ordenó. El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado. Lucas 2,41-52. Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?". Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres. Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : San Juan Pablo II (1920-2005), papa Mensaje de Navidad, 25 de diciembre 1994 La Sagrada Familia y nuestras familias Este año, mi mensaje navideño se dirige sobre todo a las familias. Al final del año que de modo especial está dedicado a las familias, nuestro pensamiento se dirige a la Sagrada Familia... Jesús pidió al Padre para que todos fueran uno. Esta oración la pronunció la vigilia de su Pasión, pero la lleva en el corazón desde su nacimiento. “Padre, que sean uno como tú y yo somos uno” (Jn 17,11) ¿No oraba en este momento también por la unidad de todas las familias humanas? Es verdad, ante todo pidió por la unidad de la Iglesia, pero la familia sostenida por un sacramento específico es una célula vital de la Iglesia, es a la vez, según la doctrina de los Padres, una pequeña Iglesia doméstica. Jesús, pues, ha orado desde el comienzo de su venida al mundo para que todos aquellos que creen en él experimenten su comunión con él a partir de la unidad profunda de sus familias; una unidad que forma parte “desde el principio” (cf Mt 19,4) del designio de Dios sobre el amor conyugal que está en el origen de la familia... El que se entregó a si mismo desinteresadamente, viniendo a este mundo, ha rogado para que todos los seres humanos, al fundar una familia, se entreguen mutuamente uno al otro desinteresadamente; maridos y mujeres, padres e hijos y todas las generaciones que componen la familia, cada uno aportando su propio don particular. Familia, Sagrada Familia.., Familia estrechamente unida al misterio que contemplamos el día del nacimiento del Señor ¡guía con tu ejemplo las familias de todo el mundo! ... Hijo de Dios, presente entre nosotros en el seno de una familia, concede a todas las familias poder crecer en el amor y de contribuir al bien de toda la humanidad.... Enséñales a renunciar al egoísmo, a la mentira, a la búsqueda desenfrenada del provecho personal. Ayuda-las a desarrollar, bajo tu inspiración, las energías inmensas del corazón y de la inteligencia,

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viernes, 25 de diciembre de 2015

El Evangelio del Día

sábado 26 Diciembre 2015 Santa Vicenta María López y Vicuña Leer el comentario del Evangelio por Santa Teresa Benedicta de la Cruz: «Heme aquí, vengo a hacer tu voluntad» (Heb 10,7) Hechos 6,8-10.7,54-59. Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y signos en el pueblo. Algunos miembros de la sinagoga llamada "de los Libertos", como también otros, originarios de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, se presentaron para discutir con él. Pero como no encontraban argumentos, frente a la sabiduría y al espíritu que se manifestaba en su palabra, Al oír esto, se enfurecieron y rechinaban los dientes contra él. Esteban, lleno del Espíritu Santo y con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios. Entonces exclamó: "Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios". Ellos comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como un solo hombre; y arrastrándolo fuera de la ciudad, lo apedrearon. Los testigos se quitaron los mantos, confiándolos a un joven llamado Saulo. Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: "Señor Jesús, recibe mi espíritu". Salmo 31(30),3cd-4.6.8ab.16bc.17. Sé para mí una roca protectora,un baluarte donde me encuentre a salvo,porque tú eres mi Roca y mi baluarte: por tu Nombre, guíame y condúceme.Yo pongo mi vida en tus manos: tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.¡Tu amor será mi gozo y mi alegría!Cuando tú viste mi aflicciónLíbrame del poder de mis enemigosy de aquellos que me persiguen.Que brille tu rostro sobre tu servidor, sálvame por tu misericordia. Mateo 10,17-22. Jesús dijo a sus apóstoles: Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes. El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, (1891-1942), carmelita descalza, mártir, copatrona de Europa Meditación para el 6 de enero 1941 «Heme aquí, vengo a hacer tu voluntad» (Heb 10,7) Nos arrodillamos una vez más ante el pesebre... Muy cerca del Salvador recién nacido, encontramos a San Estebán. ¿Qué es lo que le ha valido este lugar de honor a aquel que ha sido el primero en dar testimonio del Crucificado con su sangre? Con su ardor juvenil ha llevado a cabo eso que el Señor ha declarado al entrar en el mundo: «Me has dado un cuerpo. Heme aquí, vengo a hacer tu voluntad» (Heb 10,5-7). Ha practicado la perfecta obediencia que hunde sus raíces en el amor y se exterioriza en el amor. Ha seguido los pasos del Señor en lo que, según la naturaleza, es, posiblemente, lo más difícil para el corazón humano, tanto que llega a parecer imposible: igual que el Salvador, ha observado el mandamiento del amor a los enemigos. El Niño en el pesebre, que ha venido para hacer la voluntad dl Padre hasta a muerte en cruz (Flp 2,8), en espíritu ve delante de él a todos los que le seguirán por este camino. Ama a este joven al que esperará para colocarlo, un día,  el primero cerca de su Padre, con una palma en la mano. Su pequeña mano nos le señala ya como modelo, como si nos dijera: «Mirad el oro que espero de vosotros».

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jueves, 24 de diciembre de 2015

El Evangelio del Día

viernes 25 Diciembre 2015 , Beata María de los Apóstoles von Wüllenweber Leer el comentario del Evangelio por San Gregorio Nacianceno : «A Ti, que de modo admirable has creado al hombre, y de modo más admirable todavía restableciste su dignidad» Isaías 52,7-10. ¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz, del que anuncia la felicidad, del que proclama la salvación, y dice a Sión: "¡Tu Dios reina!". ¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz, gritan todos juntos de alegría, porque ellos ven con sus propios ojos el regreso del Señor a Sión, ¡Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor consuela a su Pueblo, Él redime a Jerusalén! El Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, verán la salvación de nuestro Dios. Salmo 98(97),1.2-3ab.3cd-4.5-6. Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria.El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones:se acordó de su amor y su fidelidaden favor del pueblo de Israel.Los confines de la tierra han contempladoel triunfo de nuestro Dios.Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos.Canten al Señor con el arpa y al son de instrumentos musicales;con clarines y sonidos de trompeta aclamen al Señor, que es Rey. Hebreos 1,1-6. Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los Profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras, ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo el mundo. El es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser. El sostiene el universo con su Palabra poderosa, y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha del trono de Dios en lo más alto del cielo. Así llegó a ser tan superior a los ángeles, cuanto incomparablemente mayor que el de ellos es el Nombre que recibió en herencia. ¿Acaso dijo Dios alguna vez a un ángel: "Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy?" ¿Y de qué ángel dijo: "Yo seré un padre para él y él será para mi un hijo?" Y al introducir a su Primogénito en el mundo, Dios dice: "Que todos los ángeles de Dios lo adoren." Juan 1,1-18. Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo". De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre. Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : San Gregorio Nacianceno (330-390), obispo y doctor de la Iglesia Sermón nº 8, para la Natividad; PG 36, 311s «A Ti, que de modo admirable has creado al hombre, y de modo más admirable todavía restableciste su dignidad» ¡Jesucristo ha nacido, démosle gloria! ¡Cristo ha bajado del cielo, corramos hacia él! ¡Cristo está sobre la tierra, exaltémosle! «¡Aclama al Señor, tierra entera. Gritad, vitoread, tocad! » (Sl 97) Viene desde el cielo para morar entre los hombres; alegraos de temor y de gozo. De temor a  causa del pecado, de gozo a causa de nuestra esperanza. Hoy se disipan las sombras y la luz amanece para el mundo; igual como en otro tiempo Egipto fue castigado con las tinieblas, hoy una columna de fuego ilumina Israel. ¡Oh pueblo, sentado sobre las tinieblas de la ignorancia, contempla hoy esta inmensa luz del verdadero conocimiento porque «lo viejo ha pasado, ha llegado lo nuevo» (2Co 5,17). La letra retrocede, el espíritu triunfa (Rm 7,6), la prefiguración deja paso a la verdad que aparece!(Col 2,17). El que nos ha dado la existencia quiere también colmarnos de felicidad; esa felicidad que el pecado nos había arrebatado, la encarnación del Hijo nos la devuelve... Esta es la solemnidad: hoy saludamos la venida de Dios entre los hombres para que podamos, no llegar ya a Dios, sino volver a estar junto a Dios; para que nos despojemos del hombre viejo y nos revistamos del Hombre nuevo (Col 3,9); para que, muertos en Adán, vivamos en Cristo (1Co 15,22)... Celebremos, pues, este día, llenos de un gozo, no mundano, sino divino, llenos del verdadero gozo celestial. ¡Qué fiesta tan grande este misterio de Cristo!  Ella es mi fin, mi nuevo nacimiento.

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No estamos ya solos ni abandonados. Tiene que cesar el miedo y el temor, porque la luz nos señala el camino, afirmó el Papa en Navidad

“Que, al igual que los pastores de Belén, nuestros ojos se llenen de estupor y maravilla al contemplar en el Niño Jesús al Hijo de Dios. Y que, ante Él, brote de nuestros corazones la invocación: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación”, deseo Francisco a los fieles que rezaron con él la Misa de Noche Buena de 2015 en la  Basílica de san Pedro.

“Nuestro corazón estaba ya lleno de alegría mientras esperaba este momento –dijo-; ahora, ese sentimiento se ha incrementado hasta rebosar, porque la promesa se ha cumplido, por fin se ha realizado. El gozo y la alegría nos aseguran que el mensaje contenido en el misterio de esta noche viene verdaderamente de Dios. No hay lugar para la duda; dejémosla a los escépticos que, interrogando sólo a la razón, no encuentran nunca la verdad. No hay sitio para la indiferencia, que se apodera del corazón de quien no sabe querer, porque tiene miedo de perder algo. La tristeza es arrojada fuera, porque el Niño Jesús es el verdadero consolador del corazón.”

El Sucesor de Pedro explicó que “el Salvador del mundo viene a compartir nuestra naturaleza humana, no estamos ya solos ni abandonados… Hoy descubrimos nuevamente quiénes somos. En esta noche se nos muestra claro el camino a seguir para alcanzar la meta. Ahora tiene que cesar el miedo y el temor, porque la luz nos señala el camino hacia Belén. No podemos quedarnos inermes. No es justo que estemos parados. Tenemos que ir y ver a nuestro Salvador recostado en el pesebre.”

Francisco afirmó que “en una sociedad frecuentemente ebria de consumo y de placeres, de abundancia y de lujo, de apariencia y de narcisismo, Él nos llama a tener un comportamiento sobrio, es decir, sencillo, equilibrado, lineal, capaz de entender y vivir lo que es importante. En un mundo, a menudo duro con el pecador e indulgente con el pecado, es necesario cultivar un fuerte sentido de la justicia, de la búsqueda y el poner en práctica la voluntad de Dios. Ante una cultura de la indiferencia, que con frecuencia termina por ser despiadada, nuestro estilo de vida ha de estar lleno de piedad, de empatía, de compasión, de misericordia, que extraemos cada día del pozo de la oración.” jesuita Guillermo Ortiz -RV

Texto completo de la homilía del Papa

(RV).- En esta noche brilla una «luz grande» (Is 9,1); sobre nosotros resplandece la luz del nacimiento de Jesús. Qué actuales y ciertas son las palabras del profeta Isaías, que acabamos de escuchar: «Acrecentaste la alegría, aumentaste el gozo» (Is 9,2). Nuestro corazón estaba ya lleno de alegría mientras esperaba este momento; ahora, ese sentimiento se ha incrementado hasta rebosar, porque la promesa se ha cumplido, por fin se ha realizado. El gozo y la alegría nos aseguran que el mensaje contenido en el misterio de esta noche viene verdaderamente de Dios. No hay lugar para la duda; dejémosla a los escépticos que, interrogando sólo a la razón, no encuentran nunca la verdad. No hay sitio para la indiferencia, que se apodera del corazón de quien no sabe querer, porque tiene miedo de perder algo. La tristeza es arrojada fuera, porque el Niño Jesús es el verdadero consolador del corazón.

Hoy ha nacido el Hijo de Dios: todo cambia. El Salvador del mundo viene a compartir nuestra naturaleza humana, no estamos ya solos ni abandonados. La Virgen nos ofrece a su Hijo como principio de vida nueva. La luz verdadera viene a iluminar nuestra existencia, recluida con frecuencia bajo la sombra del pecado. Hoy descubrimos nuevamente quiénes somos. En esta noche se nos muestra claro el camino a seguir para alcanzar la meta. Ahora tiene que cesar el miedo y el temor, porque la luz nos señala el camino hacia Belén. No podemos quedarnos inermes. No es justo que estemos parados. Tenemos que ir y ver a nuestro Salvador recostado en el pesebre. Este es el motivo del gozo y la alegría: este Niño «ha nacido para nosotros», «se nos ha dado», como anuncia Isaías (cf. 9,5). Al pueblo que desde hace dos mil años recorre todos los caminos del mundo, para que todos los hombres compartan esta alegría, se le confía la misión de dar a conocer al «Príncipe de la paz» y ser entre las naciones su instrumento eficaz.

Cuando oigamos hablar del nacimiento de Cristo, guardemos silencio y dejemos que ese Niño nos hable; grabemos en nuestro corazón sus palabras sin apartar la mirada de su rostro. Si lo tomamos en brazos y dejamos que nos abrace, nos dará la paz del corazón que no conoce ocaso. Este Niño nos enseña lo que es verdaderamente importante en nuestra vida. Nace en la pobreza del mundo, porque no hay un puesto en la posada para Él y su familia. Encuentra cobijo y amparo en un establo y viene recostado en un pesebre de animales. Y, sin embargo, de esta nada brota la luz de la gloria de Dios. Desde aquí, comienza para los hombres de corazón sencillo el camino de la verdadera liberación y del rescate perpetuo. De este Niño, que lleva grabados en su rostro los rasgos de la bondad, de la misericordia y del amor de Dios Padre, brota para todos nosotros sus discípulos, como enseña el apóstol Pablo, el compromiso de «renunciar a la impiedad» y a las riquezas del mundo, para vivir una vida «sobria, justa y piadosa» (Tt 2,12).

En una sociedad frecuentemente ebria de consumo y de placeres, de abundancia y de lujo, de apariencia y de narcisismo, Él nos llama a tener un comportamiento sobrio, es decir, sencillo, equilibrado, lineal, capaz de entender y vivir lo que es importante. En un mundo, a menudo duro con el pecador e indulgente con el pecado, es necesario cultivar un fuerte sentido de la justicia, de la búsqueda y el poner en práctica la voluntad de Dios. Ante una cultura de la indiferencia, que con frecuencia termina por ser despiadada, nuestro estilo de vida ha de estar lleno de piedad, de empatía, de compasión, de misericordia, que extraemos cada día del pozo de la oración.

Que, al igual que los pastores de Belén, nuestros ojos se llenen de estupor y maravilla al contemplar en el Niño Jesús al Hijo de Dios. Y que, ante Él, brote de nuestros corazones la invocación: «Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación» (Sal 85,8).

(from Vatican Radio)

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La visión de la Beata Catalina Emmerich en relación a los Maravillosos Acontecimientos que se dieron en el Orbe en medio del Nacimiento de Jesús. Descubre el exquisito y sobrenatural relato del nacimiento del Salvador y el rol único de María Santísima entorno al mismo !

adoracionpastores

Especialmente lo más llamativos son los signos en todo el mundo del nacimiento:


NACE JESÚS, NUESTRO REDENTOR, Y EL UNIVERSO SE LLENA DE SIGNOS DE GLORIA
He visto que la luz que envolvía a la Virgen se hacía cada vez más deslumbrante, de modo que la luz de las lámparas encendidas por José no eran ya visibles. María, con su amplio vestido desceñido, estaba arrodillada en su lecho, con la cara vuelta hacia el Oriente…
Llegada la medianoche la vi arrebatada en éxtasis, suspendida en el aire, a cierta altura de la tierra. Tenía las manos cruzadas sobre el pecho. El resplandor en torno de ella crecía por momentos. Toda la naturaleza parecía sentir una emoción de júbilo, hasta los seres inanimados. La roca de que estaban formados el suelo y el atrio, parecía palpitar bajo la luz intensa que los envolvía.Luego ya no vi más la bóveda.
NACIMIENTO DE XTO Giovanni Tiepolo

Una estela luminosa, que aumentaba sin cesar en claridad, iba desde María hasta lo más alto de los cielos. Allá arriba había un movimiento maravilloso de glorias celestiales, que se acercaban a la tierra y aparecieron con toda claridad seis coros de ángeles celestiales. La Virgen Santísima, levantada de la tierra en medio del éxtasis, oraba y bajaba la mirada sobre su Dios, de quien se había convertido en Madre. El Verbo Eterno, débil Niño, estaba acostado en el suelo delante de María.


Vi a nuestro Señor bajo la forma de un pequeño Niño todo luminoso, cuyo brillo eclipsaba el resplandor circundante, acostado sobre una alfombrita ante las rodillas de María. Me parecía muy pequeñito y que iba creciendo ante mi mirada; pero todo esto era la irradiación de una luz tan potente y deslumbradora que no puedo explicar cómo pude mirarla. La Virgen permaneció algún tiempo en éxtasis; luego cubrió al Niño con un paño, sin tocarlo y sin tomarlo aún en sus brazos.
Poco tiempo después vi al Niño que se movía y lo oí llorar. En ese momento fue cuando María pareció volver en sí misma y, tomando al Niño, lo envolvió en el paño con que lo había cubierto y lo tuvo en sus brazos, estrechándolo contra su pecho.
Se sentó, ocultándose toda Ella con el Niño bajo su amplio velo y creo que le dio el pecho. Vi entonces en torno a los ángeles, en forma humana, hincándose delante del Niño recién nacido, para adorarlo. Cuando habría transcurrido una hora desde el nacimiento del Niño Jesús, María llamó a José, que estaba aún orando con el rostro pegado a la tierra. Se acercó, prosternándose, lleno de júbilo, de humildad y de fervor. Sólo cuando María le pidió que apretara contra su corazón el Don Sagrado del Altísimo, se levantó José, recibió al Niño entre sus brazos y derramando lágrimas de pura alegría, dio gracias a Dios por el Don recibido del cielo.
María fajó al Niño: tenía sólo cuatro pañales. Más tarde vi a María y a José sentados en el suelo, uno junto al otro: no hablaban, parecían absortos en muda contemplación. Ante María, fajado como un niño común, estaba recostado Jesús recién nacido, bello y brillante como un relámpago. “¡Ah, -decía yo- este lugar encierra la salvación del mundo entero y nadie lo sospecha!”
He visto que pusieron al Niño en el pesebre, arreglado por José con pajas, lindas plantas y una colcha encima. El pesebre estaba sobre la gamella cavada en la roca, a la derecha de la entrada de la gruta, que se ensanchaba allí hacia el Mediodía. Cuando hubieron colocado al Niño en el pesebre, permanecieron los dos a ambos lados, derramando lágrimas de alegría y entonando cánticos de alabanza. José llevó el asiento y el lecho de reposo de María junto al pesebre. Yo veía a la Virgen, antes y después del nacimiento de Jesús, arropada en un vestido blanco, que la envolvía por entero. Pude verla allí durante los primeros días sentada, arrodillada, de pie, recostada o durmiendo; pero nunca la vi enferma ni fatigada. 
Diego_Velázquez

SEÑALES EN LA NATURALEZA. ANUNCIO A LOS PASTORES


He visto en muchos lugares, hasta en los más lejanos, una insólita alegría, un extraordinario movimiento en esta noche. He visto los corazones de muchos hombres de buena voluntad reanimados por un ansia, plena de alegría y, en cambio, los corazones de los perversos llenos de temores. Hasta en los animales he visto manifestarse alegría en sus movimientos y brincos. Las flores levantaban sus corolas, las plantas y los árboles tomaban nuevo vigor y verdor y esparcían sus fragancias y perfumes.

He visto brotar fuentes de agua de la tierra. En el momento mismo del Nacimiento de Jesús, brotó una fuente abundante en la gruta de la colina del Norte. Cuando al día siguiente lo notó José, le preparó en seguida un desagüe. El cielo tenía un color rojo oscuro sobre Belén, mientras se veía un vapor tenue y brillante sobre la gruta del pesebre, el valle de la gruta de Maraña y el valle de los pastores.


A legua y media más o menos de la gruta de Belén, en el valle de los pastores, había una colina donde empezaba una serie de viñedos que se extendía hasta Gaza. En las faldas de la colina estaban las chozas de tres pastores, jefes de las familias de los demás pastores de las inmediaciones. A distancia doble de la gruta del pesebre se encontraba lo que llamaban la torre de los pastores. Era un gran andamiaje piramidal, hecho de madera, que tenía por base enormes bloques de la misma roca: estaba rodeado de árboles verdes y se alzaba sobre una colina aislada en medio de una llanura. Estaba rodeado de escaleras; tenía galerías y torrecillas, todo cubierto de esteras. Guardaba cierto parecido con las torres de madera que he visto en el país de los Reyes Magos, desde donde observaban las estrellas. Desde lejos producía la impresión de un gran barco con muchos mástiles y velas.
Desde esta torre se gozaba de una espléndida vista de toda la comarca. Se veía Jerusalén y la montaña de la tentación en el desierto de Jericó. Los pastores tenían allí a los hombres que vigilaban la marcha de los rebaños y avisaban a los demás tocando cuernos de caza, si acaso había alguna incursión de ladrones o gente de guerra. Las familias de los pastores habitaban esos lugares en un radio de unas dos leguas. Tenían granjas aisladas, con jardines y praderas. Se reunían junto a la torre, donde guardaban los utensilios que tenían en común. A lo largo de la colina de la torre, estaban las cabañas, y algo apartado de éstas había un gran cobertizo con divisiones donde habitaban las mujeres de los pastores guardianes: allí preparaban la comida.
He visto que en esta noche parte de los rebaños estaban cerca de la torre, parte en el campo y el resto bajo un cobertizo cerca de la colina de los pastores. Al nacimiento de Jesucristo vi a estos tres pastores muy impresionados ante el aspecto de aquella noche tan maravillosa; por eso se quedaron alrededor de sus cabañas mirando a todos lados. Entonces vieron maravillados la luz extraordinaria sobre la gruta del pesebre. He visto que se pusieron en agitado movimiento los pastores que estaban junto a la torre, los cuales subieron a su mirador dirigiendo la vista hacia la gruta.
Mientras los tres pastores estaban mirando hacia aquel lado del cielo, he visto descender sobre ellos una nube luminosa, dentro de la cual noté un movimiento a medida que se acercaba. Primero vi que se dibujaban formas vagas, luego rostros, finalmente oí cánticos muy armoniosos, muy alegres, cada vez más claros. Como al principio se asustaran los pastores, apareció un ángel ante ellos, que les dijo:

“No temáis, pues vengo a anunciaros una gran alegría para todo el pueblo de Israel. Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo, el Señor. Por señal os doy ésta: encontraréis al Niño envuelto en pañales, echado en un pesebre”.


Mientras el ángel decía estas palabras, el resplandor se hacía cada vez más intenso a su alrededor. Vi a cinco o siete grandes figuras de ángeles muy bellos y luminosos. Llevaban en las manos una especie de banderola larga, donde se veían letras del tamaño de un palmo y oí que alababan a Dios cantando:
“Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra para los hombres de buena voluntad”.

Más tarde tuvieron la misma aparición los pastores que estaban junto a la torre. Unos ángeles también aparecieron a otro grupo de pastores, cerca de una fuente, al Este de la torre, a unas tres leguas de Belén. No he visto que los pastores fueran enseguida a la gruta del pesebre, porque unos se encontraban a legua y media de distancia y otros a tres; los he visto, en cambio, consultándose unos a otros acerca de lo que llevarían al recién nacido y preparando los regalos con toda premura. Llegaron a la gruta del pesebre al rayar el alba.

SEÑALES EN JERUSALÉN, EN ROMA Y EN OTROS PUEBLOS


Esta noche vi en el Templo a Noemí, la maestra de María, a la profetisa Ana y al anciano Simeón. Vi en Nazaret a Ana y en Juta a Santa Isabel. Todos tenían visiones y revelaciones del Nacimiento del Salvador. He visto al pequeño Juan Bautista, cerca de su madre, manifestando una alegría muy grande. Vieron y reconocieron a María en medio de aquellas visiones, aunque no sabían donde había tenido lugar el acontecimiento. Isabel tampoco lo sabía. Sólo Ana sabía que tenía lugar en Belén.

Esta noche vi en el Templo un acontecimiento admirable y extraño: todos los rollos de escrituras de los saduceos saltaban fuera de los armarios donde estaban encerrados, dispersándose. Este suceso causó mucho espanto en todos, pero los saduceos lo atribuyeron a efectos de brujería y repartieron dinero a los que lo sabían para que mantuvieran el secreto.


natividad

He visto muchas cosas en Roma esta noche. Cuando Jesús nació, vi un barrio de la ciudad, donde vivían muchos judíos: allí brotó una fuente de aceite que causó maravilla a todos los que la vieron. Una estatua magnífica de Júpiter cayó de su pedestal en añicos, porque se desplomó la bóveda del templo. Los paganos se llenaron de terror, hicieron sacrificios y preguntaron a otro ídolo, el de Venus, creo, qué significaba aquello. El demonio respondió, por medio de la estatua:“Esto ha sucedido porque una Virgen ha concebido un Hijo sin dejar de ser virgen; y este Niño acaba de nacer”. Este ídolo habló también desde la fuente de aceite. En el sitio donde brotó la fuente se alzó una iglesia dedicada a la Virgen María, Madre de Dios. Los sacerdotes paganos estaban consternados y hacían averiguaciones.


Setenta años antes de estos hechos vivía en Roma una buena y piadosa mujer. No recuerdo ahora si era judía. Se llamaba algo así como Serena o Cyrena y poseía algunos bienes de fortuna. Por ese tiempo se había recubierto de oro y piedras preciosas el ídolo de Júpiter y se le ofrecían sacrificios solemnes. La mujer tuvo visiones y a consecuencia de ellas hizo varias profecías, diciendo públicamente a los paganos que no debían rendir honores al ídolo de Júpiter ni hacerle sacrificios, pues vendría un día en que lo verían caer hecho pedazos. Los sacerdotes la hicieron comparecer y le preguntaron cuándo habían de suceder estas cosas. Como no pudo determinar el tiempo, fue encerrada en prisión y maltratada, hasta que Dios le hizo conocer que ello sucedería cuando una Virgen purísima diera a luz un Niño. Cuando dio esta respuesta, se burlaron de ella y la dejaron en libertad, reputándola por loca.Sólo cuando se derrumbó el templo, haciendo pedazos al ídolo, reconocieron que había dicho la verdad, maravillándose de la época fijada y del acontecimiento, aunque no sabían que la Santísima Virgen había sido la Madre, e ignorando el Nacimiento del Salvador.
He visto que los magistrados de Roma se informaron de estos hechos, como de la fuente que había brotado. Uno de ellos fue un tal Léntulo, abuelo de Moisés, sacerdote y mártir y de aquel otro Léntulo, que fue amigo de San Pedro en Roma. Relacionado con el emperador Augusto he visto algo que ahora no recuerdo bien. Vi al emperador con otras personas sobre una colina de Roma, en uno de cuyos lados se encontraba el Templo, cuya techumbre se había derrumbado. Por unas gradas se llegaba hasta la cumbre de la colina donde había una puerta dorada. Era un lugar donde se ventilaban asuntos de interés.
Cuando el emperador bajó de la colina, vio a la derecha, encima de ella, una aparición en el cielo. Era una Virgen sobre un arco iris, con un Niño en el aire, que parecía salir de Ella.Creo que, el emperador fue el único que vio esta aparición. Para conocer su significado hizo consultar a un oráculo que había enmudecido, el cual en esa ocasión habló de un Niño recién nacido, a quien todos debían adorar y rendir homenaje. El emperador hizo erigir un altar en el sitio de la colina donde había visto la aparición, y después de haber ofrecido sacrificios, lo dedicó al Primogénito de Dios. He olvidado otros detalles de este hecho.
He visto en Egipto un hecho que anunció el Nacimiento de Jesucristo. Mucho más allá de Matarea, de Heliópolis y de Menfis había un gran ídolo que pronunciaba habitualmente toda clase de oráculos y que de pronto enmudeció. El Faraón mandó hacer sacrificios en todo el país a fin de saber por qué causa había callado. El ídolo fue obligado por Dios a responder que guardaba silencio y debía desaparecer, porque había nacido el Hijo de la Virgen y que en aquel mismo sitio se levantaría un templo en honor de la Virgen. El Faraón hizo levantar un templo allí mismo cerca del que había antes en honor del ídolo. No recuerdo todo lo sucedido; sólo sé que el ídolo fue retirado y que se levantó un templo a la anunciada Virgen y a su Niño, siendo honrados a la manera de ellos.
Al tiempo del Nacimiento de Jesucristo, vi una maravillosa aparición que se presentó a los Reyes Magos en su país. Estos Magos eran observadores de los astros y tenían sobre una montaña una torre en forma de pirámide, donde siempre se encontraba uno de ellos con los sacerdotes observando el curso de los astros y las estrellas. Escribían sus observaciones y se las comunicaban unos a otros. Esta noche creo haber visto a dos de los Reyes Magos sobre la torre piramidal. El tercero, que habitaba al Este del Mar Caspio, no estaba allí. Observaban una determinada constelación en la cual veían de cuando en cuando variantes, con diversas apariciones. Esta noche vi la imagen que se les presentaba. No la vieron en una estrella, sino en una figura compuesta de varias de ellas, entre las cuales parecía efectuarse un movimiento.
Vieron un hermoso arco iris sobre la media luna y sobre el arco iris sentada a la Virgen.Tenía la rodilla izquierda ligeramente levantada y la pierna derecha más alargada, descansando el pie sobre la media luna. A la izquierda de la Virgen, encima del arco iris, apareció una cepa de vid y a la derecha, un haz de espigas de trigo. Delante de la Virgen vi elevarse como un cáliz semejante al de la Última Cena. Del cáliz vi salir al Niño y por encima de Él, un disco luminoso parecido a una custodia vacía, de la que partían rayos semejantes a espigas. Por eso pensé en el Santísimo Sacramento. Del costado derecho del Niño salió una rama, en cuya extremidad apareció, a semejanza de una flor, una iglesia octogonal con una gran puerta dorada y dos pequeñas laterales. La Virgen hizo entrar al cáliz, al Niño y a la Hostia en la Iglesia, cuyo interior pude ver, y que en aquel momento me pareció muy grande. En el fondo había una manifestación de la Santísima Trinidad. La iglesia se transformó luego en una ciudad brillante, que me pareció la Jerusalén celestial.
En este cuadro vi muchas cosas que se sucedían y parecían nacer unas de otras, mientras yo miraba el interior de la iglesia. Ya no puedo recordar en qué forma se fueron sucediendo. Tampoco recuerdo de qué manera supieron los Reyes Magos que Jesús había nacido en Judea. El tercero de los Reyes, que vivía muy distante, vio la aparición al mismo tiempo que los otros. Los días que precedieron al Nacimiento de Jesús, los veía sobre su observatorio donde tuvieron varias visiones. Los Reyes sintieron una alegría muy grande, juntaron sus dones y regalos y se dispusieron para el viaje. Se encontraron al cabo de varios días de camino.
Fuentes:


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Comentario al Evangelio del domingo, 27 de diciembre de 2015. La Sagrada Familia.

En este domingo la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia. El Evangelio de hoy contiene algunos aspectos interesantes, acerca de lo implica la vida familiar. Cuando Jesús cumplió los doce años, tiempo en que termina la infancia y empieza la adolescencia, sucede este relato, que sin duda, significa una nueva manera de relacionarse con sus padres y de sus padres con él.



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¡SANTA Y FELIZ NAVIDAD!

EL EVANGELIO DEL DÍA http://ift.tt/1kORWyA   "Señor, ¿a quién iremos ? Tú tienes palabras de Vida eterna".  Jn 6,68   ¡SANTA Y FELIZ NAVIDAD!    Queridos suscriptores, queridos amigos:           ¡Todo el equipo del Evangelio del Día les desea santa y feliz Navidad!          La tarde de la Natividad los ángeles van a adorar al niño Dios acostado en un pesebre. Van a adorar y cantan la bondad infinita de Dios. Los ángeles nos muestran que lo que tenemos que hacer es cantar alabanzas de gloria. Nos muestran que la suprema humildad es olvidarse a sí mismo en la adoración del niño Dios y esconderse en su Luz.           Cristo vino a manifestar la misericordia del Padre para todos los hombres. Sepamos recibir y tomar abundantemente en el tesoro de gracias de Navidad y anunciar la llegada del Príncipe de la Paz. Y seamos nosotros también manifestación de su Amor y Misericordia.         Les deseamos un fecundo y santo Jubileo Extraordinario de la Misericordia.         El equipo hispano-parlante del Evangelio del Día, un servicio evangelizo.org INFORMACIONES * El Evangelio del Día se puede recibir sin cargo, en Iphone, Android y otros móviles. Aqui. * El Evangelio del Día existe, vive y se desarrolla en nuevos idiomas sólo gracias a su gran generosidad espontánea. Puede ayudarnos directamente en línea desde el sitio, por el menú “hacer un donativo”. Gracias.  * También nos puede ayudar en otras iniciativas: para conocerlas vaya a la página Ayudarnos. * Para contestar, utilice el formulario de contacto.  

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miércoles, 23 de diciembre de 2015

El Evangelio del Día

jueves 24 Diciembre 2015 Solemnidad de la Natividad del SeñorSantos Antepasados de Jesús, Leer el comentario del Evangelio por San Bernardo : «La gloria del Señor lo envolvió con su luz» Isaías 9,1-6. El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia. como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín. Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. Porque todas las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego. Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: "Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz". Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto. Salmo 96(95),1-2.3.11-12.13. Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra;canten al Señor, bendigan su Nombre, día tras día, proclamen su victoria.anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos.Alégrese el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él;regocíjese el campo con todos sus frutos, griten de gozo los árboles del bosque.Griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra: Él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad. San Pablo a Tito 2,11-14. La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. El se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien. Lucas 2,1-14. En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue. En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Angel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Angel les dijo: "No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Y junto con el Angel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!". Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense y doctor de la Iglesia 5º sermón para la vigilia de Navidad. «La gloria del Señor lo envolvió con su luz»      La noche envolvía al mundo entero antes de que se elevara la luz verdadera, antes del nacimiento de Cristo; también en cada uno de nosotros, antes de nuestra conversión y de nuestra regeneración interior, reinaba la noche. ¿Acaso sobre el rostro de la tierra no había la noche más profunda y las tinieblas más espesas cuando nuestros padres honraban a dioses falsos?... ¿Y no había sobre nosotros otra sombría noche cuando vivíamos sin Dios en este mundo, siguiendo nuestras pasiones y los atractivos de este mundo, haciendo cosas de las cuales hoy nos enrojecemos por ser también obra de las tinieblas?... Pero ahora os habéis liberado de vuestro sueño, os habéis santificado, pasando a ser hijos de la luz, hijos del día y no de las tinieblas ni de la noche (1Tes 5,5)... «Mañana veréis en vosotros la majestad de Dios». Hoy, el Hijo se ha hecho justicia venida de Dios; mañana, se manifestará como vida nuestra, para que aparezcamos con él en la gloria. Hoy, por nosotros, ha nacido un niño, para privar que nos elevemos en un a gloria vana y, convirtiéndonos, lleguemos a ser como niños. Mañana se va a mostrar en toda su grandeza para incitar nuestra alabanza y para que también nosotros podamos ser glorificados y alabados cuando Dios otorgará a cada uno su gloria... «Seremos semejantes a él porque le veremos tal cual es» (1Jn 3,2). Hoy, en efecto, no le vemos en sí mismo sino como en un espejo (1C 13,12); ahora recibe lo que se eleva de nosotros. Pero mañana le veremos en nosotros, cuando nos dará lo que depende de él, cuando se mostrará tal cual es en sí mismo y nos tomará para elevarnos hasta él.

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El precursor. 23 de diciembre

La Liturgia pone hoy su mirada en Juan Bautista, el último de los profetas, quien va a anunciar la venida del Mesías: “A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le habla hecho una gran misericordia, y la felicitaban”.



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