viernes, 25 de diciembre de 2015

El Evangelio del Día

sábado 26 Diciembre 2015 Santa Vicenta María López y Vicuña Leer el comentario del Evangelio por Santa Teresa Benedicta de la Cruz: «Heme aquí, vengo a hacer tu voluntad» (Heb 10,7) Hechos 6,8-10.7,54-59. Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y signos en el pueblo. Algunos miembros de la sinagoga llamada "de los Libertos", como también otros, originarios de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, se presentaron para discutir con él. Pero como no encontraban argumentos, frente a la sabiduría y al espíritu que se manifestaba en su palabra, Al oír esto, se enfurecieron y rechinaban los dientes contra él. Esteban, lleno del Espíritu Santo y con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios. Entonces exclamó: "Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios". Ellos comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como un solo hombre; y arrastrándolo fuera de la ciudad, lo apedrearon. Los testigos se quitaron los mantos, confiándolos a un joven llamado Saulo. Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: "Señor Jesús, recibe mi espíritu". Salmo 31(30),3cd-4.6.8ab.16bc.17. Sé para mí una roca protectora,un baluarte donde me encuentre a salvo,porque tú eres mi Roca y mi baluarte: por tu Nombre, guíame y condúceme.Yo pongo mi vida en tus manos: tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.¡Tu amor será mi gozo y mi alegría!Cuando tú viste mi aflicciónLíbrame del poder de mis enemigosy de aquellos que me persiguen.Que brille tu rostro sobre tu servidor, sálvame por tu misericordia. Mateo 10,17-22. Jesús dijo a sus apóstoles: Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes. El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, (1891-1942), carmelita descalza, mártir, copatrona de Europa Meditación para el 6 de enero 1941 «Heme aquí, vengo a hacer tu voluntad» (Heb 10,7) Nos arrodillamos una vez más ante el pesebre... Muy cerca del Salvador recién nacido, encontramos a San Estebán. ¿Qué es lo que le ha valido este lugar de honor a aquel que ha sido el primero en dar testimonio del Crucificado con su sangre? Con su ardor juvenil ha llevado a cabo eso que el Señor ha declarado al entrar en el mundo: «Me has dado un cuerpo. Heme aquí, vengo a hacer tu voluntad» (Heb 10,5-7). Ha practicado la perfecta obediencia que hunde sus raíces en el amor y se exterioriza en el amor. Ha seguido los pasos del Señor en lo que, según la naturaleza, es, posiblemente, lo más difícil para el corazón humano, tanto que llega a parecer imposible: igual que el Salvador, ha observado el mandamiento del amor a los enemigos. El Niño en el pesebre, que ha venido para hacer la voluntad dl Padre hasta a muerte en cruz (Flp 2,8), en espíritu ve delante de él a todos los que le seguirán por este camino. Ama a este joven al que esperará para colocarlo, un día,  el primero cerca de su Padre, con una palma en la mano. Su pequeña mano nos le señala ya como modelo, como si nos dijera: «Mirad el oro que espero de vosotros».

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